¡Mírate al espejo y saca la lengua como si fueras una inquieta ranita o frunce el ceño como un oso enfadado! Los más pequeños aprenden con esta historia a reconocer las emociones mientras imitan a los animales en su alegría, su tristeza, su nerviosismo y… ¡su miedo!
¡Mírate al espejo y saca la lengua como si fueras una inquieta ranita o frunce el ceño como un oso enfadado! Los más pequeños aprenden con esta historia a reconocer las emociones mientras imitan a los animales en su alegría, su tristeza, su nerviosismo y… ¡su miedo!
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