Este libro explora las relaciones entre ética y estética en la ficción para niños haciendo foco en temas considerados como «difíciles» o «controversiales» según las consideraciones actuales sobre lo que sería apropiado para ellos. Macarena García González examina críticamente la premisa de que la literatura infantil sirve para aprender de las emociones cuestionando las epistemologías adultistas y las aprehensiones conservadoras que subyacen cuando los libros se usan para enseñar a sentir.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.