Cristina: Sueños de bordemar

Cristina, una mujer campesina chilota que da una mirada a su propia vida con sus dolores y alegrías, con sueños y esperanzas, durante casi un siglo, abarcando las costumbres ancestrales del campo chilote, la migración de los campesinos a la Patagonia y su transformación en obreros de estancia. Los cambios de vida que registraron sus sentidos y la llegada de la niebla del olvido.

«En una humilde casa de campo cerca de Dalcahue, un pueblo hermoso en la Isla de Chiloé, llegué al mundo un 21 de mayo del año 1902, cuando recién alumbraban sus primeras luces del siglo XX. Eran tiempos duros para los chilotes, y con dificultades buscaban diariamente el sustento de sus familias. Mi papá se llamaba Clodomiro, pero le decían Coyo. Mi mamá Petronila, pero era más conocida como doña Peiche. Cerca de nuestra casa vivían mis abuelos paternos Dionisio y Rosa. Todos éramos Ojeda. Dicen que venimos de un largo linaje chilote enlazado con la historia de esta tierra.

Nuestros antepasados se establecieron en la Isla de Quinchao en tiempos de la Colonia. Inicialmente fueron campesinos con tierra, algunos de ellos llegaron a ser de los mejores carpinteros de ribera de las costas chilotas, construyendo las embarcaciones más importantes que recorrieron los canales; otros fueron excelentes artesanos de la madera, algunos migraron a otras tierras. Sin embargo, nuestra rama había permanecido en Chiloé. Desde Huyar en la Isla de Quinchao, cruzaron a Teguel y desde allí a La Máquina, hoy Astillero, en el lado Oriente de la Isla Grande de Chiloé. Durante siglos fuimos campesinos rudos y trabajadores, llenos de fuerza y esperanza, plenos de vida y amor…”